Un aspecto no tan conocido pero importante de los Juegos de Escape es el papel que estos tienen en el desarrollo y la formación de habilidades útiles para el día a día.
Los Escape Rooms son una alternativa de ocio que ha ido ganando más y más popularidad desde su aparición en Japón allá por el año 2007. En estas actividades, el objetivo principal es escapar de un espacio cerrado resolviendo el misterio antes de que se acabe el tiempo. El uso de la lógica, la cooperación y cooperación con tus compañeros, la creatividad y otras “soft skills” son imprescindibles para completar con éxito el desafío planteado por cada sala. Por esta razón, este tipo de juegos se presentan como una forma diferente y divertida de desarrollar y formar estas habilidades motivando a la vez a los estudiantes o trabajadores.
Las “Soft Skills” o “Habilidades Blandas” son aquellas competencias o habilidades sociales que se adquieren diariamente y permiten a las personas integrarse con éxito en los diferentes ambientes laborales. El desarrollo de estas habilidades está cobrando cada vez más importancia y son ya muchas empresas las que las valoran positivamente en sus equipos.
En este contexto, los Escape Rooms se han consolidado como escenarios ideales en los que desarrollar, potenciar e incluso evaluar estas habilidades, sin importar la edad. Por ejemplo, la mecánica de los juegos de escape fomenta el buen entendimiento y la colaboración entre los participantes para completar los desafíos propuestos, que sirve para desarrollar las competencias de comunicación y trabajo en equipo. Otro ejemplo de competencias que se pueden desarrollar en las Salas de Escape son las de pensamiento crítico, capacidad analítica o creatividad, las cuales sirven para dar respuesta a los diferentes enigmas planteados. Además, cabe destacar que el carácter formativo de los Escape Rooms está presente sin importar el formato del juego, ya sea en remoto o presencial.
Un concepto que está muy relacionado con este tema es el de la gamificación, una técnica de aprendizaje basada en las experiencias, que consiste en trasladar los conceptos y las mecánicas de los juegos al ámbito educativo-profesional. Mediante este proceso, se trata de conseguir mejores resultados involucrando a los participantes en el proceso de aprendizaje, para conseguir adquirir un conocimiento o desarrollar alguna habilidad específica. Las Salas de Escape sirven perfectamente al propósito de la gamificación, pudiendo diseñar las experiencias en función de lo que se desee conseguir mediante ellas.
Otra de las ventajas de los Escape Rooms y la gamificación en el proceso de aprendizaje es el carácter lúdico que tienen, que hace que los participantes se involucren en el proceso de aprendizaje, se motiven y disfruten con él. De este modo, al ser una experiencia divertida en la que ellos son los protagonistas, el aprendizaje se asimila de una manera más eficaz que con métodos tradicionales, lo que resulta especialmente interesante en niños y jóvenes.
A modo de conclusión, los Escape Rooms son una alternativa muy interesante a incluir en los procesos de aprendizaje y desarrollo de las personas, sin importar la edad, pues permiten desarrollar una serie de habilidades y competencias de una forma diferente y divertida.